oración

La Anunciación

Este sábado, día 25 de marzo, la Iglesia celebra la Solemnidad de la Anunciación y la Encarnación del Hijo de Dios.Recogemos aquí un fragmento de El Arpa de María, escrito en Etiopía, en el siglo XV, por Jorge Armenio a petición del rey Zara Jacob. «Bienaventurado aquel que al alba se levanta hacia tiy llama a la puerta de tu palacio. Bienaventurado aquel sobre quien permanece el poder de tu amory dice siempre alabanzas de tu gloria. Bienaventurado quien no aleja nunca de su bocala mención de tu nombre ni distrae la lenguade celebrar tu majestad». Tomado de «La Madre de Dios», de T. Spidlik.

Vía Crucis. Gerardo Diego.

La lírica religiosa de Gerardo Diego está recogida, fundamentalmente, en Versos divinos, obra que incluye el libro juvenil Viacrucis, compuesto en décimas enormemente elaboradas y llenas de esencias populares. Diego realiza un impresionante “recorrido poético” a través de las XIV estaciones del Viacrucis, a cada una de las cuales dedica dos décimas. La obra, compuesta por 330 versos octosílabos, agrupados en 33 décimas —la edad de Cristo cuando es crucificado—, se abre con una Ofrenda a la Virgen María, en 5 décimas, a las que siguen las otras 28 que constituyen propiamente el Viacrucis. Puede descargarse en dos formatos. Formato epub | Formato PDF

Camino de la Cruz

El vía crucis es una devoción tradicional de la Iglesia especialmente durante el tiempo de Cuaresma. En esta nota se hablará un poco de su historia. El arte lo ha plasmado muchas veces en forma de cuadros, pero también de poesía, como en próximas entradas serán publicadas. En el contexto de la “devotio moderna” —uno de cuyos ejes es la humanidad Santísima de Cristo y, por tanto, su Pasión— el vía crucis se extenderá por influjo de las órdenes mendicantes, especialmente los franciscanos al haber recibido la custodia de los Santos Lugares. A todo esto hay que añadir el interés en torno a ellos generado por las Cruzadas. Tal fue su veneración que, no contentos con el privilegio de haber pisado aquella tierra, algunos de aquellos nobles quisieron realizar en sus regiones de origen “reproducciones” de los santos lugares. Es así como nacen los “via crucis” y “calvarios” (capillas y cruces que se alzan sobre los montes, como por ejemplo ocurre en Lourdes), cuya devoción se extenderá por toda Europa a partir del s. xiv. Algunas figuras de relevancia en su propagación serán el beato Álvaro de Córdoba o san Leonardo de Puerto Mauricio. La configuración definitiva del vía crucis llegará alrededor del siglo xv, fruto de la unión de tres devociones precedentes: las caídas de Cristo en su recorrido hacia el Calvario; la vía dolorosa, consistente en la procesión de una iglesia a la próxima; y las estaciones de Cristo, en referencia a las paradas que en ese recorrido realizó el Señor. El término “estación” aparece por primera vez en el relato que el inglés William Wey hace de su peregrinación a Tierra Santa: el orante se detiene o “estaciona” unos momentos para considerar la escena allí vivida. El número de estaciones ha ido también variando con el tiempo y con los lugares. Aunque empezaron siendo siete, será a partir del siglo xvi cuando por el sur de Europa empiecen a darse devocionarios con catorce estaciones, con oraciones para cada una de ellas.

Los siete domingos de San José.

Los Siete domingos de san José se trata de una devoción al santo Patriarca que se remonta al siglo XVI, y cuyo objeto es preparar la fiesta del 19 de marzo. La meditación de los “dolores y gozos de san José” ayuda a conocer mejor al santo Patriarca y a recordar que también él afrontó alegrías y dificultades. Comenzó el domingo 31 de enero, con el primer dolor y el gozo: —Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo (Mt 1,18). —El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Mt 1, 20-21). Este domingo 5 de febrero, el dolor y el gozo correspondiente es: —Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron (Jn 1,11).—Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre (Lc 2,16). Aunque esta costumbre se puede vivir de manera personal de muchos modos, puede ayudar el siguiente folleto que se puede descargar.

Antífonas de la «O»

Ayer sábado, día 17, y cumpleaños del Papa Francisco, dieron comienzo en la liturgia las Ferias Mayores de Adviento, como preparación inmediata al nacimiento de Jesús en Belén. Con el oficio de vísperas, la Iglesia canta las que se conocen como antífonas mayores o también como antífonas de la «O» porque todas empiezan en latín con la exclamación «O» (en castellano «Oh»). Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. Cada antífona empieza por una exclamación, «Oh», seguida de un título mesiánico tomado del A.T., pero entendido con la plenitud del N.T. Es una aclamación a Jesús el Mesías, reconociendo todo lo que representa para nosotros. Y termina siempre con una súplica: «ven» y no tardes más. Leídas en sentido inverso las iniciales latinas de la primera palabra después de la «O», dan el acróstico «ero cras», que significa «seré mañana, vendré mañana», que es como la respuesta del Mesías a la súplica de sus fieles. Fuente: mercaba.org

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